Nuestra experiencia educativa y las necesidades e intereses de los niños con los que estamos trabajando, nos hicieron recapacitar sobre la necesidad de elaborar un método de aprendizaje lector.
En el que confluyeran de forma coherente y lógica todas aquellas actividades que se estaban llevando a cabo en los distintos niveles educativos del centro, y que de alguna forma no estaban siendo lo suficientemente conjugadas entre sí.
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+25 Ejercicios de LECTOESCRITURA Preescolar y Primaria
En relación a este tema, siendo un objeto de revisión e investigación, tanto conceptual como de las variables involucradas, procesos básicos, etc.
La lectura, es una herramienta que abre las puertas del conocimiento, es un instrumento indispensable para tener acceso a las diversas ramas del saber y un camino de promoción social. De ahí, la importancia que tiene un adecuado proceso de aprendizaje lector desde edades tempranas.
Por eso le doy tanta importancia al papel del educador cuando se inicia con los niños a enseñarle a abrir esas puertas, esas posibilidades que es el aprendizaje de la lecto-escritura.
Cuaderno +25 Ejercicios de LECTOESCRITURA
El educador infantil tiene la responsabilidad, ya sea cuando se empieza el aprendizaje reglado, como el aprendizaje previo, de abrir esa puerta a los niños, de hacerle el primer paso para adquirir el hábito lector que, como todo hábito, es una necesidad, la necesidad de leer todos los días, ese es el objetivo principal que tendremos que plantear en nuestra mente cuando estemos en el aula.
El que ese niño que tenemos delante le estamos poniendo las primeras piedras, la primera base para crear esa necesidad, que sea una necesidad gratificante y satisfactoria en él. El hábito de la lectura no es algo innato. El hombre no llega al mundo apreciando los libros; está es una capacidad que desarrolla con la práctica y como consecuencia de un modo de conducta que se le propone.
+25 Ejercicios de LECTOESCRITURA
Ejercicios de LECTOESCRITURA Este hábito es una conducta incorporada que poco a poco se va enraizando en nuestras costumbres cotidianas convirtiéndose en una exigencia, de la cual nos cuesta trabajo prescindir.
Este hábito comienza a conformarse desde las edades más tempranas; cuando se arrulla a un bebé con nanas, cuando se juega con él con rimas y retahílas, cuando se le relacionan con la palabra y su cultivo prosigue año tras años, sin interrupción. Es el resultado de un proceso de aprendizaje, de inculcar una costumbre, un patrón de conducta.
Pero no basta con motivar en el niño una actitud favorable hacia la lectura, de lo que se trata es de crear un sólido vínculo que propicie un acercamiento regular y por su propia voluntad a los textos como medio de satisfacer sus exigencias intelectuales y de entretenimiento.