Mis amigos docentes en esta ocasión les traigo el material interactivo de apoyo 2021 para primer grado, segundo grado y tercer grado de primaria
Que les será
de gran apoyo con sus alumnos.
Parece obvio
pensar que, si tras realizar cierta conducta recibimos un premio o recompensa,
es mucho más probable que la volvamos a repetir. Tras este principio, que nos
puede parecer tan evidente, se encuentran toda una serie de hipótesis y teorías
estudiadas y debatidas a lo largo de la historia de la psicología.
La teoría del reforzamiento elaborada por
Skinner, también conocida como condicionamiento operante o condicionamiento
instrumental, intenta explicar la conducta humana en correspondencia con el
medio ambiente o los estímulos que la rodean.
Skinner estableció que la conducta se
mantiene de un contexto o situación a otra siempre que las consecuencias, es
decir los reforzadores no cambien o lo hagan siguiendo unas ciertas lógicas,
"reglas" que hay que descubrir. Como consecuencia, tanto el comportamiento humano como el animal pueden ser
condicionados o modificados utilizando una serie de
estímulos que el sujeto puede considerar satisfactorios o no.
Explicado de una manera más sencilla, la
Teoría del reforzamiento hace hincapié en que una persona tiene más
probabilidades de repetir una conducta que es reforzada de manera positiva, así
como será más probable que repita aquellas que estén asociadas a estímulos o
refuerzos negativos.
Los reforzadores
positivos son todas aquellas consecuencias que aparecen tras una conducta y que
la persona considera satisfactorias o beneficiosas. Mediante estos reforzadores
positivos o satisfactorios, se busca aumentar la tasa de respuesta de una
persona, es decir que aumente la probabilidad de realizar o repetir una acción.
Esto significa que los
actos que son reforzados de manera positiva tendrán más probabilidades de
repetirse puesto que van seguidos gratificaciones, premios o
recompensas percibidas como positivas por la persona que realiza la
acción.
Es muy importante
destacar que para que esta asociación sea efectiva hay que asegurarse que la
persona considere el refuerzo positivo como tal. Es decir, que le resulte
realmente atractivo.
Lo que una persona puede
considerar como un premio no tiene porqué serlo para otra. Por ejemplo, un niño
al que apenas le dan caramelos puede percibirlos como un premio más importante
que otro que acostumbrado a ellos. Por lo tanto, será necesario conocer
las particularidades y diferencias de la persona para así, poder
concretar cuál será el estímulo idóneo que sirva como reforzador positivo.
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