El pequeño ayudante para leer y resolver nivel primaria






Hola mis amigos docentes aquí les dejo otra linda historia para que sus niños puedan leerlo y resolver
y espero les guste y de paso aquí les dejo un poco de la historia y si les esta gustando no dejen de descargarlo gratis gracias

Este era un habilidoso niño, de doce años de edad, que cursaba el sexto grado de primaria. Su padre, empleado en una estación ferroviaria, no ganaba lo suficiente para mantener a su numerosa familia y cifraba todas sus esperanzas en el niño. Una editorial había dado al hombre la oportunidad de ganar algo más, trabajando en las horas destinadas al descanso. La media noche lo sorprendía inclinado sobre los libros, empastándolos afanosamente.

El trabajo lo agotaba, pero el poco dinero que ganaba le servía de estímulo. El niño al ver preocupado y mal humorado a su padre y no poder hacer nada por él, buscaba la oportunidad de cómo ayudar a su papá para que mejore económicamente su familia. Un día el ingenioso niño, cuyo nombre era Julio, ofreció a su padre ayudarlo, pero éste desechó su ofrecimiento. Al comprender que sería inútil insistir, se le ocurrió un plan, y esa noche cuando su padre se acostó rendido por el trabajo, se levantó de la cama y empezó a ayudarlo silenciosamente empastando los libros. Durante muchas noches, venciendo el sueño y el cansancio, repitió Julio esta tarea. Nadie lo advertía. El mismo padre, sorprendido por los avances de su trabajo, se jactaba de su fortaleza y voluntad. Hasta conversando con el muchacho le decía,

El niño callaba el secreto. La alegría de su padre significaba mucho para él. Pero el tiempo que el pequeño sacrificaba, para ayudar a su padre, afectaba sus estudios. Muchas veces, agotado por el cansancio, dormitaba en clases del colegio.

El padre, que desconocía la verdad, comenzó a quejarse ante su esposa del poco empeño del muchacho, y terminó por decírselo al él mismo. Ves mi sacrificio por mi familia- le dijo-, y tú, que no me quieres a mí, ni a tu madre, ni a tus hermanos, olvidas tus obligaciones y no cumples con las tareas de la escuela. Julio nada respondió al reproche. A punto estuvo de decir la verdad, pero temeroso de no poder continuar ayudando a su padre, selló la boca con el más absoluto silencio. Y aquella noche, como todas, dejó la cama y se puso a trabajar los libros con el mayor empeño
hasta que un libro mal apoyado, se deslizó de la mesa y rompió el silencio que reinaba en la casa. El pequeño quedose quieto un instante, temeroso de ser descubierto. Después continuó la interrumpida tarea. Pero su padre a quién el ruido había despertado lo observaba trabajando inclinado sobre la mesa. Durante unos minutos el hombre permaneció sin moverse. Después, se acercó a su hijo y le tendió los brazos.






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