10 CUENTOS con diseños para llamar la atención ¡Inicial y Primaria!


En Cuentos para Dormir tratamos de ayudar a padres y maestros en la educación creativa de sus hijos y alumnos, a través de una grandísima colección de cuentos infantiles cortos para educar el valor, con todo tipo de personajes y situaciones, para ayudarte a hacer del cuento tu mejor herramienta educativa.
Las fábulas han sido siempre una de las principales formas de transmitir el saber práctico a los niños, y nosotros proponemos seguir utilizando estos sencillos relatos para niños, pero modernizados y adaptados para reflejar los valores básicos para la vida del siglo XXI.
A la hora de transmitir esa enseñanza es importante que el niño esté receptivo, y para eso un paso necesario es que esté suficientemente relajado. Estas condiciones se dan especialmente a la hora de acostarse, y por eso los cuentos narrados junto a la cabecera de la cama, los cuentos para dormir, han sido utilizados por múltiples generaciones para transmitir valores, enseñanzas y conocimientos.

10 CUENTOS con diseños para llamar la atención

¡Inicial y Primaria!

Por eso te invitamos a que cada día antes de dormir te sientes en la cama junto a tus peques y les cuentes un cuento divertido y con una buena enseñanza. Hazlo con tus propios cuentos porque serán los que más gusten a tus niños, pero si algún día no te viene la inspiración, aquí encontrarás cientos de cuentos sobre los temas más variados.
Los cuentos clásicos y las fábulas han cumplido muy bien ese papel de enseñar (y algunos aún son muy actuales), pero la sociedad y las personas han cambiado, son mucho más complejas, y hay muchos más temas sobre los que aprender, por lo que es necesario completar y renovar las colecciones de cuentos constantemente. Es por eso por lo que continuamente añadimos nuevos cuentos y temas a nuestra web: ¡nunca más te faltarán cuentos nuevos!..
Aquí les dejo un cuento que espero les guste.
Eduardo era el caballero más joven del reino. Aún era un niño, pero era tan valiente e inteligente, que, sin haber llegado a luchar con ninguno, había derrotado a todos sus enemigos. Un día, mientras caminaba por las montañas, encontró una pequeña cueva, y al adentrarse en ella descubrió que era gigantesca, y que en su interior había un impresionante castillo, tan grande, que pensó que la montaña era de mentira, y sólo se trataba de un escondite para el castillo.
Al acercarse, Eduardo oyó algunas voces. Sin dudarlo, saltó los muros del castillo y se acercó al lugar del que procedían las voces.
-¿hay alguien ahí?- preguntó.
¡Socorro! ¡ayúdanos! -respondieron desde dentro-llevamos años encerrados aquí sirviendo al dragón del castillo.
¿Dragón?, pensó Eduardo, justo antes de que una enorme llamarada estuviera a punto de quemarle vivo. Entonces, Eduardo dio media vuelta muy tranquilamente, y dirigiéndose al terrible dragón que tenía enfrente, dijo:
Está bien, dragón. Te perdono por lo que acabas de hacer. Seguro que no sabías que era yo
El dragón se quedó muy sorprendido con aquellas palabras. No esperaba que nadie se le opusiera, y menos con tanto descaro.
¡Prepárate para luchar, enano!, ¡me da igual quien seas! -- rugió el dragón.
Espera un momento. Está claro que no sabes quién soy yo. ¡Soy el guardián de la Gran Espada de Cristal!.
siguió Eduardo, que antes de luchar era capaz de inventar cualquier cosa- Ya sabes que esta espada ha acabado con decenas de ogros y dragones, y que si la desenvaino volará directamente a tu cuello para darte muerte.
Al dragón no le sonaba tal espada, pero se asustó. No le gustaba nada aquello de que le pudieran cortar el cuello. Eduardo siguió hablando.
De todos modos, quiero darte una oportunidad de luchar contra mí. Viajaremos al otro lado del mundo. Allí hay una montaña nevada, y sobre su cima, una gran torre. En lo alto de la torre, hay una jaula de oro donde un mago hizo esta espada, y allí la espada pierde todo su poder. Estaré allí, pero sólo esperaré durante 5 días.
Y al decir eso, Eduardo levantó una nube de polvo y desapareció. El dragón pensó que había hecho magia, pero sólo se había escondido entre unos matorrales. Y el dragón, deseando luchar con aquel temible caballero, salío volando rápidamente hacia el otro lado del mundo, en un viaje que duraba más de un mes.
Cuando estuvo seguro de que el dragón estaba lejos, Eduardo salió de su escondite, entró al castillo y liberó a todos los allí encerrados. Algunos llevaban desaparecidos muchísimos años, y al regresar todos celebraron el gran ingenio de Eduardo.
¿Y el dragón? ¿Pues os podéis creer que en el otro lado del mundo era verdad que había una montaña nevada, con una gran torre en la cima, y en lo alto una jaula de oro? Pues sí, y el dragón se metió en la jaula y no pudo salir, y allí sigue, esperando que alguien ingenioso vaya a rescatarle...